lunes, 30 de diciembre de 2013

Guanteletes 2.0 - Endulzados con miel!

Vale, no es miel... es cera. Endurece bastante bien las piezas, pero en cuanto al sabor... nada que hacer.
Este segundo guantelete fue diseñado después de tener encima un par de entrenamientos con espada y escudo, respondiendo a necesidades que el anterior guantelete no cubría. Los principales inconvenientes que me daba era la falta de movilidad de la muñeca y que los dedos quedaran desprotegidos desde los nudillos hasta la uña. Mala cosa.

Así que cambié el modelo a uno más sencillo que el anterior pero más funcional. Usé un patrón que entregaba el libro de Arador (pag 72),una vez más excelente referencia para el armero.

 
 Pero primero, aprovechando que ya sabía como hacerlo, quise fabricar el guante sobre el cual iría montado el montón de placas.
Y de paso descubrí una forma interesante de teñir y proteger el cuero: Betún de zapatos


El armado es bastante sencillo. Utilizo los moldes de un guante de construcción desarmado.








Aplico la tintura al cuero con esponja o paño. Yo suelo hacerlo de manera irregular, generando manchas.
Más tarde descubrí que si aplico primero una capa de crema de manos (sí! cualquier crema de manos) la tintura se esparce con mayor facilidad, además de nutrir el cuero virgen.


Y en seguida aplicar pasta de zapatos de color café.







Se produce así una capa de grasa que al frotarla produce un lustre bastante atractivo.

¡Y listo! A coser las piezas.






Lo primero es unir el pulgar con la palma.
Detalle importante: Las caras teñidas del cuero deben mirarse entre sí, dejando el lado de la carne hacia el exterior. El guante se cose del revés y al final se voltea.







Usé dos pares de agujas. Está bien, exageré un poco. Lo que me importaba era comenzar desde la punta de los dedos y avanzar en paralelo por ambos lados, para que no se torcieran las costuras al final como me había sucedido antes.




Ya cosido el pulgar obtuve esto. Anudé las puntas y quemé los cabos sueltos. Sobre todo al hacer guantes hay que cuidar que los nudos sean discretos o en lo posible no hacer nudos, de lo contrario molestarán y hasta lastimarán al usarlos.





En fin, abreviando un poco lo ultimo que cosí fue el dorso, tambien desde la punta hasta el nacimiento de los dedos. Cometí el error de dejar los nudos muy grandes y al final dolía. Beware.




Al final, lo divertido... ¡darlo vuelta!

Y listo el guante.







Le añadí la manga hasta poco antes del codo, y ya estaba listo para soportar las placas.

 Como dije, usé los patrones que ofrece el libro de Arador, me funcionaron bastante bien.

Corte las piezas en cuero y las traté con cera: derretir cera a baño maría, cubrir las piezas con cera y luego al horno unos 10 minutos.









La cera al calentarse penetra en el cuero, se oscurece y se endurece un poco, pero es posible darle forma. Al enfriarse queda sólida.








Una vez secas lucían así. Pude perforarlas sin problema con un sacabocados.













 Para unir las placas usé una tira de cuero y las remaché, cuidando siempre que cada pieza tuviera el movimiento necesario para empuñar.












Para sujetar las placas al guante añadí correas en los dedos, nudillos y muñecas. Esta vez utilicé hebillas  para ajustarlas, pero no son lo más cómodo en la práctica.




El pulgar lo sujeté con un anillo de cuero sin hebilla. Esta sería la forma que usaría después.

















Y montado se veía así.
Las hebillas, insisto, no son lo mejor en comodidad.













Ya lo último fue agregar un par de placas más para cubrir también el antebrazo, pero éstas ya sin preocuparme de la articulación.

Quise acolchar internamente la zona de los nudillos con almohadillas que cosí rellenas con lana. Funcionan bien, pero no las fijé.






Y este fue el resultado que obtuve.
¡Un armadillo!






lunes, 25 de noviembre de 2013

Hombrera / La mejor amiga del hombre?

Escudo, espada y guanteletes listos, me venía de lujo algo de armadura.
El yelmo lo haria despues, de metal.
Una buena opción de baja complejidad y atractivo resultado me pareció una hombrera. Sólo una, sí.

Sabía que el cuero hervido era el que mejores resultados daba, pero la reducción que sufre me obligaría a usar una pieza muy grande, y no quería. Así que la endurecí con cera, aprovechando de probarla en piezas más grandes.  

Y bueno, sin más preámbulo, vamos allá.

Simple como eso
 

Lo primero fueron las medidas y los patrones. Lo haría de 3 placas, articuladas individualmente.

Tomé una pequeña referencia de éste excelente libro de armería, página 21 (extraído de la ilustre web de Arador), sobre el ensamblado y remachado de las placas, mediante tiras de cuero internas.











Como sabemos la cera (sintética, virgen, de abeja, de vela... similares resultados) se derrite a baño maría. Recomiendo encarecidamente cubrir la cocina con papel de aluminio para protegerla de las inevitables gotas de cera.





El tratamiento con cera tuve que hacerlo con brocha. No podía sumergir la pieza en el tarrito.
Pinté bien por ambos lados, incluidos los cantos.

 Pero esto no se acaba ahí! Es necesario meterlos al horno para que la cera penetre y se integre bien al tejido del cuero.





Se ven zonas aún húmedas por el exceso de cera.
Cuando el cuero dice "no más", es "no más" xD




Los amarre a un molde de madera con la curvatura deseada aproximadamente con un cordon grueso (para evitar dejar marcas) y los meti al horno, previamente protegido con papel de aluminio.

En cosa de minutos la cera se derretía y se integraba al tejido del cuero, tomando el color oscuro y opaco característico. Muy bonito.
Cuando la placa adquiere un color café oscuro uniforme, está bien  encerada; si tiene zonas de color café más claro, quiere decir que le falta un poco de cera en esas partes. Si la pieza está aún caliente, puede absorber la cera líquida de inmediato, sino hará falta meterla al horno de nuevo.

Si vemos dentro del horno que en la superficie de la pieza hay cera hirviendo y burbujeando, significa que el cuero no puede absorber más y debe ser retirado del calor para no dañar el material.

Cuando están calientes, es posible moldearlas de la forma que deseemos, amarrándolas a un molde o bien con nuestras manos (usar guantes de cocina). A medida que enfrían, van oscureciendo aún más y perdiendo flexibilidad, hasta el punto de dejar marcas como grietas de color claro al intentar doblarlas: estas marcas reducen la dureza final, pero es posible añadir más cera y hornearlas otra vez para recuperar la dureza.

Resultado: 3 placas de suela con cera recién horneadas, aún moldeables.

(Entra mi hermana a la cocina...
-¿Galletas?
-No, cuero
-Ah...
Sale mi hermana de la cocina)


 

Prueba de dureza una vez secas...
Combo de 6 libras:
Apenas se curva. Good ;)






Sin embargo, la pieza más grande tenía más flexibilidad de la que me habría gustado, por eso le añadí encima una placa de menor tamaño. A ésta le quise repujar un diseño para ver si lo mantenía después de encerado. Del proceso del repujado (grabado en cuero) no tengo imágenes, pero básicamente consiste en humedecer el cuero de forma homogénea y "dibujar" haciendo presión con un objeto de punta roma (yo uso un crochet, un lapiz bien puede servir)









Antes de remacharlas, reforcé los cantos con cuero delgado (cabro, 1mm... el cuero de cabro macho suele ser más grueso que el de cabritilla)

Perforé todo el borde de la placa con un sacabocados estrella


 
Preparé tiras de cuero de cabro y las oscurecí con cloro (fácil, rápido y económico ;D)

Doblé el borde de las tiras que se iba a ver hacia adentro, de manera que se viera un acabado más suave y no se notara el corte del cuero.

Perforé el cuero de cabro con lezna y comencé a coser, atravesando todo.




Como usé 3 tiras, traslapé los finales de cada una.

Suavicé las curvas para evitar generar arrugas.









Obtuve entonces esta placa.
Bonita la condenada...







La placa de refuerzo, repujada, quedó así.
Olvidé que estaba en el horno mientras cosía... se achurrascó un poco. :P








Juntas se verían así.

Nada mal...
Hasta le da un toque particularmente aguerrido el achurrascado... quizás las demás debí hacerlas así...








Lo remaché y empecé a construir el "arnés" que amortiguaría desde el interior. No quería que la placa estuviera en contacto con el cuerpo, no absorbería mucho del impacto.

Bastó una tira gruesa remachada por el interior, tensada con la curvatura natural de la placa. Asi, el hombro se apoyaba cómodamente en la tira de cuero y no en la placa misma.

Con eso, sólo eso, estaba lista la primera placa.



(En un momento pensé en amortiguar con pequeñas almohadillas rellenas con lana... pero no lo hice, era innecesario.)










La siguiente placa, de menor tamaño la hice así:
Añadí una pieza de suela sin cera en la parte interior para compensar el espacio vacío que dejaba la curva... ¡Lo verán unas fotos más adelante!

Y... las dos tiras con tres orificios que vimos al principio (antes de encerar las piezas) las remache recién ahora, usando el orificio del medio. El izquierdo daría a la primera placa (la grande) y el de la derecha a la otra pequeña.

 Sigamos...





¡Que no cunda el pánico!

Sólo monté  la segunda placa (pequeña) sobre la primera (grande), presentando la correa que las uniría.
La correa que tiene los ocho orificios vertical, es la tira en que se apoya el hombro. La correa horizontal es de la segunda placa.

Las remaché y corté los extremos que sobresalían de la correa horizontal.

No era nada terriblemente complicado, ¿verdad?









Ya unidas las dos placas, vino el momento de probar su movilidad.

¡Ahora entenderán por qué añadí ese pedazo de suela sin cera!




Cuando la primera placa (hombro) está relajada se ubica horizontalmente, pero la segunda placa (bíceps) cae vertical y apunta hacia abajo, abriendo un enorme espacio entre ambas. La pieza de cuero sin cera es para reducir ese punto muerto.
Movilidad: excelente.  Pretty good ;)






La tercera placa fue muy similar a la segunda, también añadí una pieza sin cera, pero además una correa pequeña.





Sucede que ésta placa llegaría hasta el codo, terminando de cubrir el bíceps, y me pareció conveniente sujetarla al brazo para que no bailara al moverlo. Muy acertado.

Así, remache de una vez correa, pieza sin cera y placa.








Y obtuve ésto. 3 placas listas perfectamente articuladas.

Ahora... cómo me lo pongo?

¡Correas, correas y más correas!

Con una huincha de costura (como la que se ve en la foto) medí desde el hombro derecho, cruzando por la costilla izquierda hasta llegar al hombro de nuevo...  algo más de 60cm.

¡Pero! para ahorrar material, prefería no cortar una sola correa de 60, sino varios tramos cortos que en suma dieran el diametro necesario. Al cortar, excedí 4cm a cada borde (8cm más a cada parte) para considerar la vuelta y remachada necesaria para fijar.




¡Fijaos bien! Sale hacia la izquierda una correa muy corta que lleva la hebilla en su extremo. Sale hacia el lado derecho otra más larga que termina en una argolla. Ésta correa llega hasta la mitad de mi espalda, y de esa argolla nace la siguiente correa. Nótese que cada extremo se dobla sobre sí mismo y se remacha... para eso los 4cm extras.


Así se ve del otro lado. La hebilla (correa corta de abajo) indica el frente)








La última fue un poco más larga. Esta sería la que  tendría los orificios para ajustar la hebilla.

Quise además repujarle una trenza en la punta, y la oscurecí con cloro y un pincel.

 
Nace de la argolla y llega a la hebilla. Suelo usarla con ese nudo característico de todo cinturón medieval, que deja caer muy elegantemente un extremo.

Y con esto terminamos.
¡Vaya! Fue más corto de lo que pensaba...


Por último, ponerme todo lo que he hecho hasta ahora y correr al parque a sacar un par de fotos xD






Se me cae un poquito hacia adelante, pero me la ajusto discretamente y pasa desapercibido.
Y lo más importante, ¡funciona! la usé durante un entrenamiento con espadas y amortigua bien, a la par de no obstruir el movimiento. Para nada.  Sólo al levantar el brazo para poner el codo tras la nuca, se entierra en el cuello... pero no suelo poner el codo tras la nuca en combate... creo.

No voy a hacer una izquierda, porque el escudo cubre todo ese lado.
En la foto sale el guantelete derecho (que uso mucho) y un brazal izquierdo decorativo con piel de liebre (que uso mucho también)... voy a subir pronto el proceso de ese. Y de la túnica también...

Como siempre, cualquier consulta o comentario será recibido con los brazos abiertos y haré lo posible por dar más detalles, if requested.

Cambio y fuera.