domingo, 20 de octubre de 2013

Guanteletes de cuero 3 - Las placas

Y bien, llegó la hora de terminar con esto.
Cuando compré el cuero para hacer los guanteletes, busqué por todas las tiendas el cuero más duro, más grueso y... más caro también ( :(  ), y lo que encontré fue la suela  de un buen grosor de 5mm aprox. Vale, es un cuero bien grueso desde ya, por lo que puede servir como viene para amortiguar bien los golpes.
Pero yo quería mas... ¡mucho más duro! ¡Mwahahaha!

Así que con esta suela como materia prima, me dediqué a probar cómo endurecer cuero. Los resultados fueron de lo más divertidos. Los sintetizaré en tres métodos:

1.- Cuero encolado.  Sí, ya lo vimos en el post anterior. Vimos que funcionaba bien, pero que era lento y el grado de endurecimiento era directamente proporcional con la paciencia y tiempo del artesano. No lo usé para las placas.

2.- Cuero encerado. Aunque técnicamente sería "cuero endurecido con cera", es un proceso que se adapta a las exigencias de la recreación histórica (sip, alguien lo hizo así alguna vez). Es simple, pero no muy barato a veces.
Necesitamos cera (wow! ¡no lo habría imaginado nunca!) Que bien pueden ser velas de parafina o cera virgen natural de abeja o sintética.  A mí me dieron resultados similares, por no decir iguales.
La cera se derrite en un recipiente de preferencia metálico y consagrable al oficio (es decir que no vayas a ocupar para nada más, jamás en tu vida) a Baño María (sencilla operación de ponerlo en una olla más grande con agua que no lo rebalse, y  hervirlo así). ¿Por qué a Baño María? porque a más temperatura la cera se quema y existe riesgo de inflamación (¿existe esa palabra?)
Cuando la cera esté derretida completamente, las piezas de cuero previamente cortadas se sumergen por unos segundos (se puede achicharrar, sobre todo si toca el fondo), asegurándonos de que por todos lados se empape en cera (toma un color oscuro muy bonito), y en seguida se dejan secar sobre papel aluminio o alguna superficio que se pueda manchar. Si quieres que tenga una curvatura, dásela a penas salga de la cera, puede ser a mano (cuidado, quema) o dejarla sobre un molde (lo que se te ocurra que sea curvo)

Ahora bien, hay quien recomienda hornear las piezas enceradas para que la cera penetre mejor en el cuero. Para efectos prácticos del uso que le daré a los guantes, no tuve diferencias considerables entre hornearlos o no. Por tiempo, las hice sin hornear. Y funcionan.
 Una buena referencia ilustrada para este proceso, El blog del armero español Axil, "El blindado personal"
Axil lo hace con brocha, pero es para impermeabilizar una cantimplora. Si puedes sumerjir la pieza entera, hazlo. Yo tuve mejores resultados así que con brocha.

La cera deja un pequeño inconveniente: al recibir golpes, cortes o simples dobleces, se marca. No mucho al principio, pero es permanente. Y si la doblamos o torcemos mucho pierde la dureza adquirida... pero no creo que en una batalla nos tuerzan nuestra armadura.
Ahora que lo pienso... piezas decorativas grabadas en cuero encerado quedaría muy, muy interesantes... lo intentare.

La usé para placas pequeñas de los dedos.

Le martillé los cantos. El acabado era muy bonito.
 

 3.- Cuero hervido . El famoso couir bouilli (ni idea de cómo se pronuncia), antiquísima técnica de endurecer el cuero. Lejos la mas barata, pero también  la más difícil. Pero no quiero asustarlos... no todavía.
Hay 3 cosas que debes saber antes de hervir agua:
Primero: El cuero hervido encoje, así que deberás cortar las piezas más grandes. Algo así como un tercio más.
Segundo: El cuero se enrolla, por lo que es necesario tener preparado un molde sobre el cual dejarlo secar. Un tarro de café, una botella de vidrio, o un molde en madera tallada funcionan bien. Si lo quieres plano, algo pesado que lo aplaste.
Tercero: Dependiendo del cuero puede quedar espectacularmente duro, o quemarse y quebrarse con sólo mirarlo.
Y... Cuarto: Hervir cuero despide un poco usual olor a chicharrones. Sugiero usar la cocina cuando no haya alguien intentando preparar el almuerzo.

Puedo darles miles de indicaciones sobre cómo hacerlo, o varias páginas de buenas referencia, pero todos coincidimos en que es un proceso altamente aleatorio que depende de muchos factores.
La única forma de saber cómo resultará es haciéndolo tú mismo. Haz las pruebas!

-Se recomienda remojar el cuero cortado unos 10 minutos antes de usar. Prueba con varios tipos de cuero.
-El agua debe estar hirviendo. En una olla lo suficientemente grande como para poner la pieza estirada.
-El tiempo de contacto con el agua es decisivo. Yo cuento 30 o 40 segundos para que el cuero se curve, tome el tamaño que necesito y lo retiro del agua rápidamente. Evitar a toda costa que toque el fondo de la olla, se quemarían los bordes. Cueros más delgados se achurrascan en cuanto tocan el agua.
-La cara del cuero (interna o externa) que mirará hacia el fondo de la olla al momento de sumerjirlo, será fuertemente empujada hacia arriba y volteada al reverso en los bordes. Esto puede ser muy favorable para endurecer los bordes, pero es difícil de regular.
-Los cueros delgados se enrollan completamente al calor, sólo se pueden modelar una vez fuera. Suelen quemarse y quebrarse con facilidad, aunque la dureza sea excelente.

-El cuero se hincha, aumentando hasta 4mm su grosor (eso en las pruebas que hice)

Algunos sugieren humedecer el cuero simplemente y luego meterlo al horno amarrado ya al molde de madera. Yo lo probé horneandolo unos 20 minutos y no tuve buen resultado. Sólo se hinchó un poco y le salieron unos puntos negros muy feos, además de dejar la cocina con olor a chicharrones. Detalles a considerar en el horneado es la fuente de calor: si sólo viene de abajo, las partes inferiores de la pieza recibirán más y las superiores casi nada del calor.

 
Mis resultados: (en Suela de 4-5mm)

El corte de la pieza con el molde. Le añadí 2 o 3 cm por borde nada más. Las pruebas me indicaban que las piezas grandes encojen un poco menos. El molde es el tamañó que esperaba.


 Las dos placas del brazo variaron en grosor y tamaño final debido al tiempo que permanecieron en el agua. La primera (abajo) quedó de 8-9mm, la segunda (arriba) de 6mm, casi sin variar del cuero original.

El molde se los dí con un tarro de café grande. Los amarré con hilo encerado, fuertemente. ¡Gran error! Se deben amarrar con cordón grueso para no marcarlo. No me importó, las estrías se ven bien.


 Ambas piezas, la primera (izquierda) quedó algo más pequeña, la fijé cerca de la muñeca.

Todas las piezas de suela hervidas, sin excepción quedaron duras como madera. Sí señor, y con la curvatura que tienen, una vez instaladas resisten perfectamente colpes rudos. Armas de metal sólo le dejan arañazos (como en la foto, la derecha)


Listas las placas, procedí a instalarlas.


Montadas se veían algo así. No está mal, ¿eh?

Estaba a punto de perforarlo todo y remacharlo cuando recordé algo importante

¡Debía remachar las placas a la base, para luego coser las bases al guante!
Esto, para evitar que la mano tocara el remache por dentro, que dolía un montón.



Cosa que  había hecho en la mano y mis nudillos estaban ya pelados por la articulación.

Ah! un detalle en la articulacion:
Las placas de los dedos están levemente solapadas por la placa del dorso de la mano, y su base respectiva. Puedo meter un dedo por debajo, está levantado. Esto, para que  al estirar la mano (relajada) las placas pudieran pasar por debajo del dorso y no chocar con sus placas.
Curiosa operación de martillar el cuero encolado para curvarlo

Me resultó muy útil curvar la base contra un martillo de bola.













Perforé entonces las bases para las correas y ajusté la posición final en el guante. De ahí no se deberían mover más.






Fue entonces cuando me di cuenta de que la manga del guante en una parte del antebrazo quedaba corta para la base. ¡No tendría donde coserla!
Pensé en dejarlo así, pero finalmente le alargué la manga con un retazo de cuero extra. Meh.






Una vez fija la base, perforé las placas para marcar el remache en la base.. digo, quise perforarlas y me dí cuenta que era más difícil de lo que esperaba.
La suela hervida puede resultar un crujiente entramado de tejidos, muy blando para el sacabocados (increíblemente)... o no. Creo que rompí una boquilla sin lograr perforarlo.
Solución: Taladro. Yo usé un Dremell pequeño que tenía a mano. El olor a cuero quemado invadió toda la casa.








Ya perforados, marqué a través de esas perforaciones las bases con una lezna. Le pedí a mi hermana que me pinchara el brazo mientras usaba el guante con las placas y todo. Por suerte el cuero resistió.



En la foto se ve la discreta ampliación de la manga.


Perforar el centro de una pieza de cuero resulta imposible con un sacabocados tipo ruleta, por lo que usé los siempre prácticos sacabocados de golpe. ¡Allá donde quieras perforar, con estos amigos puedes llegar! (¡Recuerda poner algo de suela abajo!)



Presenté los remaches... ¡No cruzaban!
Tuve que conseguir remaches de nada menos que 10mm de largo  para que cruzaran por la suela hervida extra gruesa y la base de cuero de cerdo. Las cabezas eran enormes también, pero me acostumbré luego.
Los encontré en un bonito color envejecido... de haberlos encontrado antes, los habría usado en la mano también... brillan tanto esos niquelados...


Ya todo perforado y presentado, la cosa se veía así.
Por la emoción perforé también la manga del guante, pero fue un error... iba cosido y no remachado. Meh.






Y ahora... ¡a remachar!
Espera... ¿cómo se remachan estas cosas?


Para remachar solía usar a este pequeñín, un yunque rescatado del abandonado taller de zapatería de mi difunto abuelo (¡Gracias Tata!... por cierto se llamaba Juan... ¡Igual que...! vale, la verdad es que yo heredé su nombre.)
Está hecho de riel, es antigüisimo. Estaba negro, lleno de grasa y óxido. Cuando lo pulí encontré el nombre del fabricante en un costado escrito con soldadura.


Bueno, la cosa es que estas placas curvas no se
apoyaban sobre el yunque plano. ¡Plan B!

Es un pie (o burro, bigornia, o trípode) de zapatero, las superficies son más curvas que un yunque y los tamaños son muy útiles para diversos remachados difíciles


 Funcionó para las de los bordes... pero las del centro aún eran inaccesibles.

Entonces ¡Plan C!
 ¿Un perno?
¡Sí, un perno! También lo encontré en el taller de mi abuelo. Ni idea para qué lo usaba... yo lo uso para los remaches difíciles.

¿Cómo? Así.

 La cabeza curva que tiene es perfecta para respetar la forma de las placas. Además hunde mucho más el pie del remache en el cuero.
Pero para no jugar con el equilibrio y dañar la mesa y/o alguna parte del cuerpo, lo fijé...

 ...en la prensa que encontre también en el mismo lugar.
Ahora sí, ¡a remachar!



Hmm...
Creo que tardé más en descubrir cómo hacerlo que en poner esos cuatro remaches... Bueno, ya lo se para la otra...










Y listo! Remaches en su sitio, calza perfecto... sólo falta coserlo. Uy.






 En el borde de la placa de la izquierda (que da a la muñeca) se puede ver por dónde tenía que coser... pero yo quise hacerlo así, lo tenía considerado... 1 hora de costura innecesariamente difícil e incómoda estaba dentro del programa.


Ah, me faltaban las correas. Éstas las remaché un poco mejor.
Hasta ahí, el guante está listo
¡Yahu!

Pero el guante desentonaba, se veia muy limpiecito...  Así que lo envejecí.


Aplicando el producto. La grieta fue una mala remachada

 La primera técnica de envejecido que conocí me la dijo un viejo vendedor de una suelería a la que recurro por herramientas. ¡A que ya adivinan cómo se llamaba!
Carlos.
Don Carlos me dijo que el cuero se podía oscurecer con... ¡cloro! Exacto, Hipoclorito de Sodio, el mismo que se ocupa para lavar y desinfectar.
Lo suelo usar mucho: es barato, fácil de aplicar y no deja olor  a cloro una vez seco. El único detalle es que es muy fuerte, marca inmediatamente el cuero y lo oscurece bastante. Suelo diluirlo un poco en agua y aplicarlo por capas. Frotando más veces se logra oscurecer más. El color es rojizo, y a diferencia del agua, el color queda una vez seco.


Buscando referencias en la web, encontré que recomendaban mucho el Betún de Judea para envejecer cuero, aplicándolo con un paño y frotándolo hasta sacar brillo.
No se por qué a mi no me funcionó... dejaba unas manchas horribles de un color café verdoso que no se podían frotar ni nada.

Algunos recomendaban diluirlo con trementina (diluyente de pinturas oleosas, aguarrás bien sirve también), yo usé un Médium para óleo que tenía en mi caja de pinturas. Mezclé con espátula, apliqué con paño y... ¡Woah! Excelentes resultados.

Era posible frotarlo, remarcar, hacer veladuras suaves, dejar manchas... ¡de todo!
Con la misma tinta, a pincel pintaba las junturas y los lugares difíciles.
Pero al igual que el cloro, no tiñe la cola fría. En la foto se ven manchas  de color natural que son gotitas de cola fría que cayeron del reverso.

Rápidamente froté y froté los guantes, las bases y las placas (que no se tiñeron para nada xD) y... ahora sí...

¡Trabajo terminado!



Comentarios al cierre...

Para ser lo primero que hago de armería... me dejó muy satisfecho.
Tiene un montón de detalles, como las costuras de los guantes que se están estirando por el uso, las placas que tuve que recortar para poder empuñar correctamente un arma, el asunto de los remaches por dentro (que finalmente solucioné pegando un bloque de espuma densa por dentro... ¡una maniobra épica y terriblemente poco histórica!)

Pero el tiempo invertido, la cantidad de técnicas diversas usadas, y el aprendizaje que gané con las investigaciones e infinitas preguntas a todos los Juanes (es un nombre común por aquí), hace que haya valido, con creces, el esfuerzo.


Así que, estimado visitante anónimo, si algo de esto te sirve o tienes alguna duda con tu proyecto, ¡no olvides dejar un comentario! ;)





1 comentario:

  1. Pues para ser tu primera obra de este estilo creo que te han quedado francamente bien. Viendo esto uno se anima a probar con los guanteletes pues, hasta ahora, lo único que había hecho en cuero eran brazales y poco más. Sigue así compañero.

    ResponderEliminar